Fuente: ELE-Landau |
Antes de empezar con el decálogo propiamente dicho, lo más importante es recordar que el objetivo de aprender un idioma es:
COMUNICARSE,
es decir,
ENTENDER Y SER ENTENDIDO.
Y ahora empecemos con el decálogo:
1. RIDÍCULO-0, IDIOMA-1
Un idioma se aprende practicándolo, es decir, hablando, hablando, hablando. Al principio lo haremos mal, pronunciaremos mal, nos quedaremos pensando en una palabra cuando el discurso ha avanzado siete frases… pero así es la vida.
Los españoles solemos tener un sentido del ridículo muy elevado, y preferimos no hablar a hacerlo mal…por lo que tarde o nunca nos decidimos a hacerlo. ¡¡¡Error!! Métele un gol al ridículo y empieza ya. Sonríe y habla de todos modos. Los fallos poco a poco se irán eliminando y cada vez que hables, ¡recibirás una lección gratis!
2. GRABA TU VOZ
Sólo así podrás saber cómo suenas en ese idioma que estás aprendiendo, y mejorar si crees que no se te entiende. Puedes grabar lo que se te ocurra, lo importante es que lo hagas en ese idioma.
Pasado un tiempo vuelve a grabar lo mismo, y ya verás el subidón de autoestima al comprobar que lo haces mucho mejor.
3. USA TARJETAS, ADHESIVAS O NO
Una opción es hacer tarjetas adhesivas, tipo post-it, con los nombres de los objetos que tengamos en cada una de las habitaciones de la casa y colocarlas en ellos. Por supuesto, en el idioma que estamos aprendiendo. La opción avanzada es escribir frases que tengan que ver con el objeto: p.e., ¿qué hay para comer? en la puerta del frigo.
Otra opción es hacer un memory, en tarjetas del tamaño y variedad que queramos: nombre/dibujo, frase/traducción, pregunta/respuesta. Si encontramos personas para jugar, mejor. En caso contrario, usar de solitario.
4. CANTA CANCIONES
“El que canta, su mal espanta”, sea en su idioma nativo o en cualquier otro. Si nos atrevemos con un karaoke, estupendo. Si no, siempre podemos practicar en casa: esto no es un casting para un programa de televisión, esto va de mejorar nuestras destrezas en otro idioma.
En Internet hay muchas canciones subtituladas. En bastantes páginas ofrecen la letra de las canciones y su traducción a nuestro idioma nativo. Además de cantar y divertirnos un rato, podemos aprovechar para aprender frases hechas o repasar gramática: averiguar qué verbos son irregulares, cuántas veces sale un artículo determinado, qué adjetivos están presentes en la canción, etc, etc.
5. LEE LIBROS INFANTILES O DE LECTURA FÁCIL/GRADUADA
Hay muchos libros de “lectura fácil”, es decir, adaptados para personas que tienen dificultad con esta destreza en su idioma original. Podemos aprovecharlos para mejorar nuestro idioma extranjero.
También hay libros de lecturas graduadas a nuestro nivel de conocimiento de la lengua (de A1 a C2), que suelen incluir ejercicios complementarios de lo más variado: rellenar huecos, unir columnas, describir personajes, escribir una carta o una postal, etc, etc.
Otra buena opción son los libros infantiles. El contenido puede estar simplificado, al dirigirse al público infantil, pero las estructuras y palabras son “naturales”, porque están pensados para la infancia en su idioma materno.
6. USA Y ABUSA DE LA TECNOLOGÍA AUDIOVISUAL ONLINE
La tecnología audiovisual online tiene, como todo, aspectos positivos y aspectos negativos. Aprovechemos los primeros para mejorar nuestro conocimiento de un idioma. Internet es un pozo sin fondo para conseguirlo. Algunas propuestas:
- ver películas en versión original, lo de los subtítulos lo dejamos a tu elección, aunque el proceso ideal es verla cuatro veces, con esta secuencia: primera vez en el idioma materno, con subtítulos en el idioma extranjero; segunda vez a la inversa; para el tercer visionado audio y subtítulos en el idioma a mejorar; y para la cuarta con audio en el idioma a mejorar, pero sin subtítulos . Para empezar son aconsejables películas antiguas, porque el lenguaje es más claro y la acción más lenta. Lo bueno es que podemos pararlas, volver atrás para escuchar un diálogo que no nos ha quedado claro, intentar repetir la pronunciación de las frases, etc, etc. En youtube hay unas cuantas, en eFilm también. Si no tienes acceso a Internet, no te preocupes: las bibliotecas españolas están surtidas de abundantes DVDs o CDs, que prestan de forma gratuita.
- sintonizar una radio en el idioma a mejorar usando internet, o descargar audiolibros o podcasts, tan de moda ahora. Muchas de las ventajas de las películas también son aplicables a los audios. Por otro lado, al no precisar atención visual, podemos hacerlo mientras damos un paseo o vamos a la compra. Auriculares conectados al móvil directamente o por Bluetooth lo dejamos a tu elección.
- Hay diccionarios electrónicos realmente estupendos: no sólo nos indica la traducción de la palabra que buscamos, también nos “conjugan” la palabra en cuestión, es decir, nos indican género, plural y caso si es un sustantivo o nos dan todos los tiempos verbales, si es un verbo. Otra ventaja adicional es que nos sugieren la palabra buscada mientras la vamos escribiendo, por lo que nos pueden solucionar más de un problema de grafía equivocada.
- Otra cosa más: los diccionarios electrónicos suelen venir con la opción de escuchar la palabra o frase que traducen. No perdamos esta oportunidad de mejorar nuestra pronunciación. Lo mejor de todo: podemos escucharla todas las veces que queramos, sin que “la voz” se queje de tener que repetir hasta el infinito. Esta puede ser una buena opción para mejorar nuestra pronunciación.
7. ASISTE A ACTOS EN VIVO
De forma presencial u online podemos acceder a obras de teatro, lecturas o conferencias. Es posible que al principio no entendamos mucho, pero también es importante acostumbrarnos al ritmo y entonación del idioma extranjero.
Como ya sabemos el tema del que va el acto, podemos hacer una lista con las palabras y expresiones que será probable que oigamos. De esta manera nuestra mente se prepara para reconocerlas, y eso nos hará más fácil la audición. Luego, encasa, podemos repasarlas, ver cuántas de ellas hemos acertado y que palabras o expresiones nuevas podemos aprender.
8. FORMA UN GRUPO DE CONVERSACIÓN, CON NATIVOS O APRENDICES
Reunirse periódicamente, de forma presencial u online, con nativos o con personas que están aprendiendo el mismo idioma que nosotros es una excelente manera de mejorar el idioma. ¿Temas de conversación? ¡Cualesquiera!: un libro, un tema gramatical, una película, una actriz, fiestas populares, fruta preferida,recetas de cocina, costumbres de cada país, normas de cortesía, sistema educativo, moda, música, etc, etc.
Si conoces a alguien cuyo idioma materno sea el que tú quieres mejorar y esa persona quiera mejorar español, una buena opción es hacer un tándem. Podéis quedar para comer, tomar un café, pasear y hacer la mitad del tiempo en un idioma y la mitad en el otro.
9. APÚNTATE A UN CURSO, CUALQUIER CURSO
En tu ciudad (o cerca de ella) seguro que hay centros comunitarios, centros de mayores, escuelas de adultos, escuelas de idiomas que ofrecen cursos del idioma que estás aprendiendo, y con una amplia variedad de niveles y costes (algunos son gratuitos). Infórmate y apúntate, especialmente si eres una persona a la que le cuesta imponerse un ritmo de trabajo: aquí te lo dan hecho.
Y si no hay cursos presenciales, siempre queda la opción de hacerlos online. Como no tenemos que desplazarnos, el tiempo que nos llevaría este proceso podemos dedicarlo a alguna de las otras opciones que indicamos en este decálogo.
10. VIAJA AL PAÍS PARA MEJORAR EL IDIOMA
Si nuestra economía lo permite, es ideal viajar al país donde se habla el idioma que queremos mejorar. Y sí, se trata de mejorar, es decir, lo aprovecharemos más si ya sabemos un poco el idioma del país, especialmente de vocabulario y de pronunciación. De esta manera nos haremos entender y podremos mantener conversaciones, aunque al principio sean muy rudimentarias.
Como buen decálogo, podemos simplificarlo en dos frases muy importantes:
I) Mejor un poco cada día que un atracón el finde.
II) Es una carrera de fondo, no un sprint.
Es muy importante tener en cuenta que es preferible un poco cada día (10-15 minutos) que un mucho de vez en cuando (2 horas seguidas un día a la semana). Mejorar un idioma tiene mucho que ver con trabajo diario, ya que una parte de lo aprendido ese día se queda “rondando” por nuestra cabeza, lo que también contribuye a mejorar el idioma aprendido. Por tanto, recordatorio importante: aprender un idioma no es un cuestión de una semana o un año, es una carrera de fondo, que durará toda la vida.
Además de la cosecha propia, como profesora y como alumna, he consultado las siguientes fuentes para elaborar este decálogo:
- Inglés para dummies, de Gail Brenner, Grupo Planeta, Barcelona 2010
- Aprende un idioma en 7 días, de Ramón Campayo, Círculo de Lectores, Barcelona 2006
¿Cómo está siendo tu experiencia a la hora de aprender español? ¿Qué tal si nos la cuentas en los comentarios?