Fuente: El País/Reuther |
En este interesante, aunque quizás un tanto sesgado, artículo de Juan Gómez, en El País, podemos leer una lúcida crónica sobre los casos de plagio en el doctorado que han sacudido en los últimos años a Alemania.
Se confirman así dos viejas pasiones alemanas: la (inquietante) de aleccionar o amonestar al prójimo por cualquier nimiedad y la (arrebatadora) que sienten por los títulos académicos.
¿De acuerdo con ella?
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